14/03/2022
Julio Ángel Olivares Merino entrevistó a la investigadora almeriense dentro de la iniciativa “Mujeres 10”, de UniRadio Jaén
Desde antes de la década de los 80, la comunidad científica lleva trabajando con ahínco en materia medioambiental, visibilizando la problemática que supone la sobreexplotación en dicho ámbito: “son muchos los asuntos del modelo de explotación que los seres humanos no estamos haciendo del todo bien y que generan una serie de problemas ante los que hemos de reaccionar”. Así comenzó la conversación que María Jacoba Salinas Bonillo, profesora de Biología y Geología de la Universidad de Almería mantuvo con Julio Ángel Olivares Merino, director de UniRadio Jaén, en la cafetería “Con café”, en el penúltimo programa de la cuarta edición del proyecto “Mujeres 10: creativamente sostenible(s)”, impulsado por el Observatorio Atalaya y en el que participan, además de la Radio de la Universidad de Jaén, Radius y la emisora de la Universidad de Almería.
La principal línea de investigación de Salinas Bonillo, centrada en la biología vegetal, consiste en evaluar la riqueza vegetal existente en una determinada zona así como el funcionamiento de la comunidad que genera. La investigadora explicó que “Andalucía y España en su conjunto es un punto caliente de diversidad vegetal debido a las condiciones históricas, desde el punto de vista geológico, que han propiciado una gran cantidad de especies vegetales que debemos inventariar, cartografiar para evaluar la evolución de estas especies”. En este sentido, la invitada subrayó que “hemos de proteger y conservar este patrimonio natural, al igual que hacemos con el patrimonio artístico, cultural y arquitectónico”.
Salinas Bonillo reconoció, además, que todas las evidencias científicas muestran que “queda poco tiempo de reacción: el cambio climático ya está generando problemas que podrían ser irreversibles”, aunque, contagiando cierto optimismo, aplaudió la mayor visibilidad y concienciación que se constata entre la población y en nuestro día a día en los últimos tiempos: “cada vez estos problemas están más presentes en los medios de comunicación; están presentes en las agendas de los gobiernos y la ciudadanía es más consciente y consecuente con sus actos”. Al hilo, la profesora añadió que “las empresas aportan en sus planes de mejora la salud medioambiental para contar con procesos productivos más sostenibles”.
Parte del optimismo de la investigadora nace de la tecnología, según recordó. De hcho, la profesora subrayó que el ser humano no deja de ser una especie animal tecnológica: “los residuos que vertemos al medio debido a la producción desmesurada están perjudicando la salud del planeta, pero también creo que la solución a estos problemas puede llegar de la tecnología”. Aclaró también que estos residuos son los que están acelerando el cambio climático, “la modificación del sistema físico, químico y biológico de la dinámica terrestre, algo científicamente probado y que hemos acelerado tras la II Guerra Mundial”.
De igual modo, Salinas Bonillo se refirió a otros problemas acuciantes entre los que destacó las especies invasoras: “en un mundo globalizado, también transportamos mercancías vivas, plantas y animales exóticos que, fuera de su lugar de origen, se convierten en invasiones biológicas que desplazan a las especies autóctonas y generan auténticos problemas de salud, económicos y, por supuesto, al ecosistema”.
Durante la conversación radiofónica, Salinas destacó que “la denominación ‘cambio climático’ no es muy apropiada, pues a lo largo de los millones de años que tiene nuestro planeta, el clima ha sufrido múltiples variaciones. Realmente, estos cambios no afectan a la Tierra, más bien sus efectos repercuten en las especies que la habitan”. Una de las consecuencias directas para nuestra especie es la “frecuencia con la que se repiten los eventos extremos: sequías más intensas y duraderas; lluvias más torrenciales; olas tanto de calor como de frío más intensas o incendios conocidos como de sexta generación, que son incluso más difíciles de extinguir”, declaró la investigadora, destacando ciertos eventos tangibles que ya estamos viviendo en la cuenca mediterránea.
Para Salinas Bonillo, la Universidad es uno de los pilares en los que se basa la concienciación y formación en lo relativo a la protección medioambiental, si bien, aseguró la experta, “pese a que nuestra ciencia es muy barata ya que no requerimos grandes instrumentales, no recibimos el apoyo económico suficiente para realizar las investigaciones, para conocer cómo afecta el cambio climático al ecosistema”. A nivel formativo, la profesora señaló que “todas las universidades andaluzas poseen un Grado en Ciencias Ambientales en el que se forma a profesionales capaces de resolver los problemas dentro de este campo, prácticamente desde cualquier sector productivo, pero, en realidad, esto es ‘solo’ formar a los convencidos”. Por ello, y en este sentido, para Salinas sería conveniente “crear una asignatura transversal en todas las titulaciones de salud, economía o ingeniería, por ejemplo, para que el alumnado conozca la problemática en la que nos encontramos e inculcar la protección medioambiental”.
Finalmente, la investigadora declaró que es patente el valor de la naturaleza y la biodiversidad para la humanidad, aunque, en ocasiones, es difícil que la sociedad sea consciente de los beneficios que aportan los servicios ecosistémicos, concepto que surgió a mediados del Siglo XXI como intento de transmitir dicho valor. “En esencia, –explicó Salinas–, son beneficios de los que disfrutamos los humanos gracias al buen funcionamiento de los ecosistemas: un bosque sano proporciona una buena regularización climática a escala local y frena la erosión, o repercute positivamente en el ya clásico ejemplo de la polinización”.
La entrevista radiofónica concluyó con un consejo por parte de la investigadora, quien afirmó que, en nuestro camino hacia la sostenibilidad, lo recomendable es hacer uso de nuestro poder y legitimidad como consumidores: “es importante que conozcamos qué estamos consumiendo. Debemos saber si un producto en cuestión es sostenible ya no solo medioambientalmente, sino socialmente también”, algo para lo que es básica, apuntó la experta, la educación y concienciación de la sociedad.
Para concluir, la profesora de la Universidad de Sevilla valoró la iniciativa “Mujeres 10”: “Ha sido una experiencia muy enriquecedora —declaró Salinas—. En lo profesional, me ha permitido ordenar muchas ideas sobre mi actividad investigadora, clarificar mensajes para intentar transmitirlos a todo el público. En lo personal, he conocido a personas muy interesantes, que realizan una labor imprescindible de divulgación de la ciencia y con las que he pasado un rato muy agradable”
El último programa de la presente temporada dentro del proyecto “Mujeres 10” tendrá lugar el próximo 5 de abril, con la presencia de Gema Siles, doctora en ecología y cofundadora del CEA “El Acebuche”.